La crisis de agua en México.

RRC/CDMX: La crisis hídrica en México es un problema multifacético que se ha agudizado en los últimos años, afectando a millones de personas y diversos sectores económicos. A continuación, les presento un resumen basado en la información disponible hasta mayo de 2025:

Causas principales

  1. Sequías prolongadas y cambio climático: Desde 2021, México ha enfrentado sequías severas, con 2023 siendo el año más seco desde 1940. En 2024, el 52% del territorio nacional sufrió sequías, y se espera que en 2025 esta cifra alcance el 65%. El cambio climático ha alterado los patrones de precipitación, reduciendo las lluvias y aumentando las temperaturas, con un incremento promedio de 1.6 °C en las últimas cuatro décadas.
  2. Sobreexplotación de recursos hídricos: México extrae grandes cantidades de agua subterránea, ocupando el cuarto lugar mundial en extracción de acuíferos. En 2018, el 18% de los acuíferos estaban sobreexplotados, especialmente en el Valle de México, donde la disponibilidad per cápita es de solo 188 m³ por habitante al año, 22 veces menor que el promedio nacional (4,094 m³ en 2004).
  3. Infraestructura deficiente: Hasta un 40% del agua se pierde por fugas en sistemas de distribución obsoletos. En la Ciudad de México, el 35% del agua potable se desperdicia por esta causa.
  4. Contaminación: Más del 70% de los cuerpos de agua superficiales están contaminados por descargas de aguas residuales sin tratar, desechos industriales y agrícolas. Esto afecta la calidad del agua y la salud pública.
  5. Crecimiento poblacional y urbanización: La población de México ha crecido significativamente, pasando de una disponibilidad de agua de 11,500 m³ por habitante en 1955 a 3,200 m³ en la actualidad, con proyecciones de caer por debajo de 3,000 m³ para 2030. La urbanización descontrolada, especialmente en la Ciudad de México (con 23 millones de habitantes en su área metropolitana), ha incrementado la demanda.
  6. Uso ineficiente en la agricultura: El sector agropecuario consume el 76% del agua concesionada, pero solo el 21% de las tierras agrícolas utiliza sistemas de riego eficientes, comparado con el 80% en países como Israel.

Impactos

  • Escasez de agua potable: Solo el 52.3% de la población urbana tiene acceso constante a agua potable, una disminución desde el 62.4% en 2019. En áreas rurales, el suministro es aún más limitado, con algunas zonas recibiendo agua solo una vez por semana.
  • Día Cero: El Sistema Cutzamala, que abastece a la Ciudad de México, enfrenta un riesgo crítico, con advertencias de un posible «Día Cero» en 2024 o 2028, cuando el suministro podría colapsar debido a niveles bajos en presas como Villa Victoria (30% de capacidad) y Valle de Bravo (34%).
  • Desigualdad en el acceso: La crisis afecta desproporcionadamente a comunidades vulnerables, especialmente en el norte y centro del país (Sonora, Chihuahua, Nuevo León, etc.). En la Ciudad de México, colonias como Iztapalapa enfrentan racionamiento y dependen de pipas, con costos de hasta $1,200 por suministro.
  • Impacto económico: La escasez amenaza la agricultura (maíz, frijol) y la industria, sectores clave para la economía. En 2022, la crisis en Nuevo León afectó gravemente a Monterrey, la segunda ciudad más grande del país.
  • Salud pública: La contaminación del agua, como en Benito Juárez, donde se detectaron hidrocarburos, y en Iztacalco, con bacterias fecales, pone en riesgo a la población.

Medidas y soluciones propuestas

  1. Inversión en infraestructura: Se requiere modernizar sistemas de riego y redes de distribución para reducir fugas. La ONU recomienda invertir al menos el 1% del PIB en infraestructura hídrica (320,000 mdp), pero en 2024 México destinó solo 62,600 mdp.
  2. Reforma legislativa: La creación de una Ley General de Aguas y la reforma a la Ley de Aguas Nacionales son cruciales para regular el uso, promover el reúso y mejorar la gestión.
  3. Uso eficiente del agua: Promover sistemas de riego por goteo en la agricultura y captación de agua de lluvia en hogares y mercados. En la Ciudad de México, se han instalado sistemas de cosecha de lluvia en 20,145 viviendas.
  4. Tratamiento de aguas residuales: Invertir en plantas de tratamiento y desalinización, como se está implementando en zonas costeras.
  5. Gestión integral: Se necesita una mejor coordinación entre los tres niveles de gobierno y la participación de la sociedad civil y el sector privado.
  6. Conciencia ciudadana: Cambiar hábitos de consumo, como reducir el tiempo en la regadera o barrer en lugar de usar mangueras, puede disminuir el desperdicio. En promedio, los mexicanos consumen 366 litros de agua por persona al día, uno de los niveles más altos del mundo.
  7. Plan Hídrico Nacional: En 2023, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció un plan para garantizar el derecho humano al agua, incluyendo la creación de un Centro Nacional de Gestión de Sequías.

Perspectivas para 2025

Sin acciones urgentes, se estima que casi la mitad de la población mexicana enfrentará algún grado de escasez de agua en 2025, con un impacto severo en la Ciudad de México y estados del norte como Chihuahua, Sonora y Nuevo León. La combinación de sequías, sobreexplotación y falta de inversión podría llevar a un colapso hídrico en regiones clave. Sin embargo, con políticas efectivas, inversión adecuada y participación ciudadana, es posible mitigar la crisis y avanzar hacia una gestión sostenible del agua.

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