El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió con el presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, en Riad, Arabia Saudí, durante aproximadamente 33 minutos. Este encuentro, el primero entre líderes de ambos países en 25 años, marcó un hito diplomático tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024. La reunión se dio en el marco de una cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y contó con la presencia del príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, y la participación telefónica del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Trump anunció el levantamiento de las sanciones económicas impuestas a Siria, describiéndolas como “devastadoras”, para dar al nuevo gobierno sirio “una oportunidad de grandeza” y apoyar la reconstrucción del país. Instó a al-Sharaa a normalizar relaciones con Israel mediante los Acuerdos de Abraham, deportar a terroristas extranjeros, cooperar contra el Estado Islámico y asumir el control de prisiones con yihadistas. A cambio, ofreció restablecer relaciones diplomáticas. Al-Sharaa, exlíder de Hayat Tahrir al-Sham (antes ligado a Al Qaeda), expresó compromiso con la estabilidad y respeto a acuerdos previos con Israel, como los de 1974 sobre los Altos del Golán, e invitó a empresas estadounidenses a invertir en Siria.
La decisión de Trump, influida por Arabia Saudí y Turquía, generó celebraciones en Siria, pero también críticas, especialmente de Israel, que expresó escepticismo debido a la ocupación de los Altos del Golán y el pasado yihadista de al-Sharaa. Irán también reaccionó negativamente, acusando a EE.UU. de bloquear su progreso.
