El cardenal italiano Angelo Becciu anunció el 29 de abril de 2025 que no participará en el cónclave para elegir al nuevo Papa, previsto para el 7 de mayo, tras la muerte del papa Francisco. Esta decisión puso fin a días de controversia sobre su posible participación, ya que Becciu, condenado en 2023 a cinco años y medio de prisión por malversación y otros delitos financieros en el llamado “juicio del siglo” del Vaticano, había insistido en su derecho a votar.
Becciu, de 76 años, fue despojado en 2020 por el papa Francisco de sus derechos cardenalicios, incluyendo la participación en el cónclave, debido a acusaciones de irregularidades financieras, como la compra opaca de un edificio de lujo en Londres y transferencias de fondos a una organización en Cerdeña vinculada a su hermano. A pesar de no estar en la lista oficial de los 135 cardenales electores (reducida a 133 por la ausencia de dos por motivos de salud), Becciu participó en las reuniones preparatorias, argumentando que no había un impedimento legal formal y que Francisco no lo había excluido explícitamente por escrito.
La situación cambió tras la presentación de dos cartas firmadas por Francisco, una de 2023 y otra de marzo de 2025, confirmando su exclusión, según informó el secretario de Estado, Pietro Parolin. Estas cartas, reveladas durante las congregaciones generales, habrían convencido a Becciu de retirarse. En su comunicado, expresó: “Por el bien de la Iglesia, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, he decidido obedecer la voluntad del papa Francisco y no entrar en el cónclave, aunque sigo convencido de mi inocencia”.
Becciu, quien apeló su condena (con la apelación programada para septiembre de 2025), ha generado debate sobre la transparencia y la justicia en el Vaticano, especialmente por las dudas sobre la integridad de su juicio, donde se reveló que Francisco emitió decretos secretos para facilitar la investigación. Su retirada alivia tensiones en el cónclave, evitando un conflicto que podría haber afectado la unidad entre los cardenales y las posibilidades de un Papa italiano, con candidatos como Pietro Parolin y Matteo Zuppi como favoritos.
