Tras el fallecimiento del papa Francisco el 21 de abril de 2025, el Vaticano procedió a sellar sus apartamentos en la Casa Santa Marta, donde residía, y en el Palacio Apostólico, que no usaba, siguiendo la tradición para garantizar la seguridad de documentos y pertenencias. El rito de sellado, realizado con cinta y lacre rojos, fue supervisado por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, junto al cardenal Pietro Parolin y el arzobispo Edgar Peña Parra. El mismo día se llevó a cabo la constatación de la muerte y la colocación del cuerpo en el féretro en la capilla de Santa Marta, según las disposiciones del pontífice.
El rito de sellado de los apartamentos papales, llevado a cabo tras la muerte del papa Francisco el 21 de abril de 2025, es una práctica tradicional del Vaticano que asegura la protección de los espacios y pertenencias del pontífice fallecido hasta la elección de un nuevo papa. A continuación, los detalles del rito basados en la información disponible y las prácticas históricas:
- Autoridades responsables: El sellado fue supervisado por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, quien asume la gestión de la Sede Vacante. También estuvieron presentes el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y el arzobispo Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado, según los protocolos vaticanos.
- Lugares sellados: Se sellaron dos ubicaciones:
- Los apartamentos de la Casa Santa Marta, donde Francisco residía desde el inicio de su pontificado en 2013, prefiriendo un estilo de vida sencillo.
- Las estancias del Palacio Apostólico, que incluyen los aposentos papales tradicionales, aunque Francisco no los ocupaba habitualmente.
- Procedimiento del sellado:
- Cinta y lacre: Se utiliza cinta roja, que se coloca en las puertas de acceso a los apartamentos, asegurada con sellos de lacre rojo estampados con el escudo del camarlengo o de la Santa Sede. Este método garantiza que cualquier entrada no autorizada sea evidente.
- Supervisión estricta: El proceso se realiza en presencia de testigos de alto rango para asegurar la transparencia y el cumplimiento de las normas. Los sellos permanecen intactos hasta que el nuevo papa o las autoridades competentes decidan abrir los espacios.
- Propósito: El sellado protege documentos, objetos personales y cualquier material sensible del papa fallecido, preservándolos para el archivo o para el sucesor.
- Contexto litúrgico y administrativo: El rito se enmarca en los procedimientos de la Sede Vacante, descritos en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis. Aunque el sellado no tiene un carácter litúrgico propiamente dicho, es un acto solemne que refleja la transición de un pontificado a otro. En el caso de Francisco, el sellado se realizó el mismo día de su fallecimiento, tras la constatación oficial de la muerte y la preparación del cuerpo para el traslado a la basílica de San Pedro.
- Particularidades del caso: Dado que Francisco vivía en Santa Marta y no en el Palacio Apostólico, el sellado de ambos lugares responde a la necesidad de cubrir tanto su residencia efectiva como los aposentos papales tradicionales. Esto asegura que todos los espacios asociados al pontífice queden resguardados, independientemente de su uso.
Esta práctica, aunque antigua, se adapta a las circunstancias de cada pontificado. En el caso de Francisco, la simplicidad de su residencia en Santa Marta y su decisión de no usar los aposentos del Palacio Apostólico marcaron una diferencia con predecesores como Juan Pablo II o Benedicto XVI, pero el rito mantuvo su esencia: preservar la privacidad y la integridad del legado papal durante la transición.
