Las extinciones masivas en la Tierra, conocidas como los «cinco grandes eventos» de extinción, ocurrieron en los siguientes períodos geológicos, según registros paleontológicos:
- Extinción del Ordovícico-Silúrico (~443 Ma): Hace unos 443 millones de años, probablemente causada por cambios climáticos drásticos, como glaciaciones, y fluctuaciones en el nivel del mar. Afectó aproximadamente al 85% de las especies marinas.
- Extinción del Devónico Tardío (~375-360 Ma): Ocurrió en varias fases, con un impacto significativo hace unos 375-360 millones de años. Se atribuye a cambios ambientales, como anoxia oceánica y posibles erupciones volcánicas. Afectó al 70-80% de las especies, especialmente marinas.
- Extinción del Pérmico-Triásico (~252 Ma): La más severa, hace unos 252 millones de años, conocida como la «Gran Mortandad». Se estima que desapareció el 90-95% de las especies marinas y el 70% de las terrestres. Causas probables incluyen erupciones volcánicas masivas (Traps de Siberia), liberación de metano y calentamiento global extremo.
- Extinción del Triásico-Jurásico (~201 Ma): Hace unos 201 millones de años, asociada con la ruptura del supercontinente Pangea, erupciones volcánicas (Provincia Magmática del Atlántico Central) y cambios climáticos. Eliminó alrededor del 70-75% de las especies, allanando el camino para la dominación de los dinosaurios.
- Extinción del Cretácico-Paleógeno (~66 Ma): Hace unos 66 millones de años, famosa por la desaparición de los dinosaurios no avianos. Causada principalmente por el impacto de un asteroide (cráter de Chicxulub, México) combinado con actividad volcánica intensa (Traps de Deccan). Afectó al 75% de las especies.
Además, hay eventos menores de extinción y debates sobre una posible sexta extinción actual, impulsada por actividades humanas (Antropoceno), pero no está formalmente clasificada como tal en el registro geológico.

La sexta extinción, conocida como la extinción del Holoceno o Antropoceno, es un evento en curso impulsado principalmente por actividades humanas. Aunque no está formalmente clasificada como una extinción masiva en el registro geológico, los científicos señalan tasas de pérdida de biodiversidad mucho más altas que los niveles de fondo naturales. Las principales causas incluyen:
- Pérdida y fragmentación del hábitat: La deforestación, urbanización, agricultura intensiva y construcción de infraestructuras destruyen o dividen ecosistemas, reduciendo el espacio para especies silvestres. Por ejemplo, la tala de bosques tropicales como el Amazonas afecta a millones de especies.
- Cambio climático: El calentamiento global, causado por emisiones de gases de efecto invernadero (CO₂, metano), altera ecosistemas, modifica patrones climáticos y provoca eventos extremos (sequías, inundaciones). Muchas especies no pueden adaptarse rápidamente a estos cambios o migrar.
- Sobreexplotación de recursos: La caza, pesca y recolección excesivas han llevado a la extinción de especies como el dodo o el lobo de Tasmania, y amenazan a otras (ej. rinocerontes, tiburones). La explotación de recursos naturales también agota hábitats.
- Contaminación: Vertidos de plásticos, químicos, metales pesados y nutrientes (como nitrógeno en fertilizantes) contaminan suelos, agua y aire. Por ejemplo, la contaminación marina afecta a especies como tortugas y aves, y los pesticidas reducen poblaciones de insectos y aves.
- Especies invasoras: La introducción de especies no nativas por actividades humanas (intencionadas o accidentales) altera ecosistemas. Ejemplo: el pez león en el Caribe o la culebra arborícola marrón en Guam, que desplazan o eliminan especies nativas.
- Enfermedades: La globalización facilita la propagación de patógenos que afectan a especies silvestres. Por ejemplo, el hongo quítrido ha devastado poblaciones de anfibios a nivel global.
Magnitud: Estudios estiman que las tasas actuales de extinción son 100-1,000 veces superiores a las naturales, con un 25% de las especies evaluadas en riesgo de extinción según la IUCN. La interacción de estas causas amplifica el impacto, creando un efecto dominó en los ecosistemas.