Los principales generadores de violencia en México actualmente son los grupos del crimen organizado, en particular los cárteles de la droga, que se disputan el control de territorios, rutas de trasiego y mercados ilícitos. Hasta abril de 2025, el panorama está dominado por varias organizaciones criminales clave, cuya actividad se ve reflejada en los altos índices de homicidios, enfrentamientos armados y ataques contra civiles y fuerzas de seguridad. A continuación, te detallo los actores más relevantes según la información disponible:
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG): Liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, «El Mencho», el CJNG es uno de los grupos más poderosos y violentos. Su expansión agresiva lo ha llevado a enfrentarse con otros cárteles en estados como Michoacán, Guanajuato, Jalisco y Zacatecas. Controla actividades como el tráfico de fentanilo, extorsión y robo de combustibles, y su uso de tácticas sofisticadas, como drones armados y vehículos blindados, ha elevado la intensidad de los conflictos.
Cártel de Sinaloa: Aunque debilitado tras la captura de figuras como Joaquín «El Chapo» Guzmán y la detención de Ismael «El Mayo» Zambada en julio de 2024, sigue siendo un actor importante. La lucha interna entre facciones, como Los Chapitos y La Mayiza, ha desatado una guerra en Sinaloa que genera cientos de muertos y desplazados.
Su influencia se extiende por el noroeste y partes del «Triángulo Dorado» (Sinaloa, Chihuahua, Durango).
Cártel del Golfo y sus facciones: En Tamaulipas y el noreste, este cártel, junto con sus splinter groups como Los Zetas y el Cártel del Noreste, mantiene una guerra por el control de rutas hacia Estados Unidos. La fragmentación ha incrementado la violencia local, con ataques a fuerzas de seguridad y civiles.
Grupos locales y alianzas: En regiones como Guerrero, Michoacán y Chiapas, operan grupos más pequeños pero igualmente letales, como Los Viagras, Cárteles Unidos y La Familia Michoacana. Estos se alían o enfrentan a los grandes cárteles según conveniencia, alimentando conflictos por economías locales (aguacate, minería) y el tráfico de drogas.
Factores estatales y corrupción: Aunque no son generadores directos, la colusión entre autoridades locales, estatales y federales con estos grupos agrava la violencia. La militarización de la seguridad pública desde 2006, con escasos resultados, y la impunidad (más del 90% de los crímenes no se resuelven) permiten que los cárteles operen con relativa libertad.
La violencia actual tiene raíces en la fragmentación de los cárteles tras la «guerra contra el narco» iniciada en 2006 bajo Felipe Calderón, que disparó las tasas de homicidio y dejó un legado de grupos más pequeños y desorganizados compitiendo por el poder. En 2023, por ejemplo, se registraron enfrentamientos récord entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa en Chiapas, mientras que Guanajuato sigue siendo el estado más violento por la pugna entre CJNG y el Cártel Santa Rosa de Lima. A esto se suma el aumento del tráfico de fentanilo y la migración, que los cárteles explotan para diversificar sus ingresos.
En resumen, los cárteles CJNG y Sinaloa, junto con sus facciones y rivales menores, son los principales motores de la violencia en México hoy, en un contexto de debilidad institucional y dinámicas criminales en constante evolución. La situación podría variar con arrestos o cambios en las alianzas, pero estos grupos siguen siendo los protagonistas del conflicto.
