Por Carlos Avendaño.
Nueve meses y seguimos igual: en el mismo infierno. El pasado martes se cumplieron nueve meses desde que la violencia volvió a incendiar a todo Sinaloa, especialmente en Culiacán, la capital sinaloense. Nueve meses de miedo, de sangre, de balas, y aquí seguimos: igual o peor. En este tiempo, el saldo es espeluznante: más de 1,400 asesinatos. 1,500 personas desaparecidas a la fuerza. Más de 5,000 autos robados. Más de 2,000 detenidos. Más de un centenar de civiles murieron en medio de los enfrentamientos. Y esto es apenas lo que se ve y se cuenta. Lo que no se ve, lo que no se dice, es aún más aterrador. Lo peor es que, día con día, el conteo sigue igual de cruel: robos, secuestros, asaltos y asesinatos. Aunque las desapariciones han bajado un poco, siguen siendo escandalosamente altas. Las fosas clandestinas están brotando como hongos en las faldas de Culiacán y de Mazatlán. Y no gracias a las autoridades, sino porque las madres buscadoras se han partido el alma para encontrarlas. En Sinaloa, vivimos una guerra que el gobierno se niega a admitir. Una guerra que deja claro que la estrategia oficial no es pelear contra el crimen, sino administrarlo. Son nueve meses de muerte, de dolor, de familias desgarradas, donde la gente común ha tenido que hacerse fuerte mientras el Estado mira hacia otro lado o simplemente finge que hay resultados. Sí, hay resultados… pero no para la gente. Para el pueblo solo hay miedo y funerales. Madres y padres llorando a sus hijos; e hijos, que entierran a sus padres. Buscan respuestas, justicia… y no encuentran nada. Porque parece que el gobierno solo quiere que la violencia quede en manos de un solo dueño, como si eso fuera una solución. ¿Te acuerdas de aquel militar que dijo que la paz dependía de los grupos criminales? Fue destituido por decir lo que todos sabemos: que el Estado ya no manda. Así que aquí seguimos, nueve meses después, atrapados en la misma maldita narco-guerra, mientras nos quieren hacer creer que todo está bien. ¿Cuándo vamos a volver a vivir en paz? ¿Cuándo va a terminar este infierno? Solo Dios lo sabe… pero mientras tanto, no lo olvides: Esto también te toca a ti estimado sinaloense…
PRI vs. MORENA: ¡Qué cinismo tan sabroso! Ahora resulta que el PRI de Sinaloa, representado por César Emiliano Gerardo, se da golpes de pecho y denuncia la “falsa austeridad” del gobierno de MORENA. ¡Bravo, señores! ¡Por fin el PRI descubrió la pobreza y la simulación! Sí, el PRI -ese partido que perfeccionó el arte de meterle la mano a la caja chica del país- ahora acusa recortes en salud, educación, seguridad, mujeres y cultura, mientras los gobernantes de la 4T despilfarran en obras faraónicas como Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto Felipe Ángeles. ¡Aplausos de pie! Porque para denunciar despilfarros, el PRI es como el chef que critica la grasa en la sopa después de vender chicharrones toda la vida. Dice César Emiliano Gerardo que el gobierno de la 4T ha metido 40 mil millones al Tren Maya, 130 mil millones a Dos Bocas y mil millones al aeropuerto Felipe Ángeles. ¡Como si el PRI no hubiera hecho refinerías sin refinar y aeropuertos sin aviones durante décadas! Y luego viene la guinda del pastel: la militarización. ¡Vaya hallazgo! El PRI, que gobernó el país a punta de cañonazos y botas, se escandaliza porque la Sedena controla aeropuertos y aduanas. ¡Ternuritas! ¿Se les olvidó la Dirección Federal de Seguridad, la DFS, el CISEN, y todas esas siglas con las que nos tuvieron vigilados y amedrentados? Ah, pero eso sí, ahora el PRI se siente Robin Hood: “¡No a los excesos!” -gritan- mientras ponen como ejemplo la compra de flores por 127 mil pesos en el Ayuntamiento de Guasave. ¡Ay, no me hagan reír! ¡Si ustedes gastaban más que eso en arreglar la tarima de un mitin y el confeti! En fin, que la hipocresía no tiene límites ni vergüenza. Así que, PRI, bájenle tres rayitas. Porque la simulación la inventaron ustedes. Y no nos vengan a decir que ahora son los paladines del pueblo. ¡Los conocemos!…
¿Premio de Consolación? El ex diputado local Sergio Mario Arredondo Salas -quien hace un año fue echado de la UAS con tintes políticos- regresó por la puerta grande y hasta con alfombra roja, pues se incorpora al gabinete del rector Jesús Madueña Molina como flamante secretario Académico. ¡Qué chulada de movimiento! Del despido a la gloria, como si nada hubiera pasado. Porque en Sinaloa -ya se sabe- la política es de memoria corta y amnesia selectiva. No importa que hace apenas unos meses el mismo Sergio Mario se rasgara las vestiduras diciendo que su despido fue una vendetta política. No importa que mientras el gobernador y la UAS se daban hasta con la cubeta, él se quedara en medio del fuego cruzado como “víctima” y hoy, cual ave fénix, resucita del escritorio polvoso para quedarse con el codiciado cargo de secretario Académico. ¡Vaya colmo! Porque en la política sinaloense el que no llora no mama -y si de paso te haces la víctima- pues que mejor. Siguen dando fruto las herencias del ex gobernador Jesús Alberto Aguilar Padilla para con su yerno consentido. En fin, otro capítulo de esta tragicomedia sinaloense. ¡Aplausos para el nuevo secretario académico!…
Según se comenta en los mentideros políticos, el Partido Sinaloense (PAS) anda buscando un peldaño firme donde sostenerse de cara a las próximas contiendas electorales. Es un hecho que la estructura y la plataforma del PAS ya no tienen el mismo peso que hace dos o tres años; su margen de maniobra en Sinaloa es limitado y las posibilidades de alianzas fuertes parecen remotas, al menos a nivel estatal. Fuera de MORENA y de Movimiento Ciudadano, que hoy por hoy están bien posicionados en el estado, no se vislumbra otra fuerza política con la que el PAS pueda tejer alguna alianza de peso que le devuelva la relevancia perdida. De acuerdo con fuentes fidedignas, el dirigente estatal del PAS, Robespierre Lizárraga Otero, ha estado en la Ciudad de México sosteniendo conversaciones con Alberto Anaya, líder nacional del PT, buscando posibles puntos de acuerdo que permitan delinear una alianza con miras a los próximos procesos electorales. Por ahora, las negociaciones están en una etapa inicial. Habrá que ver si estas gestiones le alcanzan al PAS para posicionarse en el mapa político sinaloense, o si, por el contrario, su tiempo de bonanza ha quedado definitivamente atrás…
Sin Redundar y diciendo las cosas tal y como son. Suyos los comentarios estimados lectores…
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