Columna Periodística -Por Carlos Avendaño.-
El rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), doctor Jesús Madueña Molina, presentará este domingo 8 de junio su cuarto informe de labores, ocasión en la que también rendirá protesta para un segundo periodo de cuatro años al frente de la máxima casa de estudios. Madueña Molina, no es un Rector que deje las cosas al azar. Desde el inicio de su gestión se ha caracterizado por un liderazgo decidido, pragmático y, a la vez, renovador. Con su triunfo en las elecciones universitarias -las primeras en dos décadas en las que participaron: estudiantes, maestros y trabajadores administrativos- no solo conquistó el voto, sino que abrió la puerta a una nueva etapa en la vida democrática de la UAS. Con su reelección, queda claro que Madueña Molina busca consolidar su visión de universidad, una que combine la continuidad de lo que ha dado buenos resultados con una reestructuración profunda de aquellas áreas que, en su opinión, necesitan renovarse. En sus declaraciones más recientes, el rector no titubeó al enviar un mensaje claro y directo: sólo quien se resiste a abandonar privilegios y posiciones enquistadas, no entiende lo que viene. Su estilo es frontal: enfrentar los desafíos cara a cara, sin rodeos ni medias tintas. “Va a haber, tiene que haber una reestructuración. Hay compañeros que cierran ciclos, otros que los abren, y vamos a revisar para proponer una estructura que dé continuidad a las políticas que han dado buenos resultados en lo académico. Vamos a seguir trabajando en esa línea”, afirmó Madueña Molina al ser cuestionado sobre posibles cambios en su equipo. “Sí a lo que está funcionando, pero habrá cambios donde se considere que deben hacerse, por el bien de la Universidad”, remarcó el Rector, subrayando la determinación que ha sido su sello distintivo. En suma, el Rector de la UAs, doctor Jesús Madueña Molina, apuesta por un liderazgo que equilibra la continuidad con la renovación, sin miedo a tomar decisiones difíciles y con la convicción de que la UAS debe de ser un espacio de transformación constante…
La administración municipal de Guasave, encabezada por la doctora Cecilia Ramírez Montoya, se encuentra en el ojo del huracán debido a presuntos actos de nepotismo, de malos manejos de recursos públicos y de abuso de autoridad, particularmente dentro del Instituto Municipal de las Mujeres, dirigido por Kena Leyva Camacho. En los últimos meses han circulado documentos y testimonios que señalan posibles irregularidades en la facturación y en la administración de los recursos económicos en dicha dependencia. Uno de los casos más controvertidos es la factura de 127 mil pesos en flores con motivo de los festejos del Día Internacional de la Mujer. La cifra, considerada excesiva, ha levantado fuertes críticas por presunto sobreprecio y gasto injustificado. A esta situación se suman recientes denuncias por hostigamiento laboral, acoso y despidos arbitrarios presentadas por ex trabajadoras del instituto. Entre ellas destaca el caso de María Antonia López, responsable de plataformas digitales, quien denunció haber sido víctima de presión laboral y violencia psicológica por parte de la directora Kena Leyva Camacho. Este escenario ha generado un profundo malestar en la comunidad guasavense, pues el Instituto Municipal de las Mujeres debería de ser un espacio de protección y de empoderamiento femenino, no un sitio en donde se vulneren los derechos laborales de sus propias trabajadoras. Hasta el momento, la alcaldesa Cecilia Ramírez Montoya ha adoptado una postura que, según diversos sectores ciudadanos y activistas, resulta apática y evasiva, al argumentar que “si pueden comprobarlo, que lo hagan”, desestimando así la protección y la empatía que deberían prevalecer en una institución que, irónicamente, tiene como misión velar por los derechos de las mujeres. Este nuevo capítulo de presuntas irregularidades revive el debate sobre la fiscalización de los recursos públicos y de la responsabilidad institucional en los gobiernos municipales. Por ello, la Auditoría Superior del Estado y el Congreso del Estado de Sinaloa, deberían de emprender una revisión a fondo del manejo financiero y administrativo en el municipio de Guasave…
El todavía gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, doctor Jesús Madueña Molina, se reencontraron públicamente en un acto que, más allá de su carácter protocolario, revela la complejidad de la relación entre ambos. El escenario fue el inicio de la construcción de un edificio para la Facultad de Medicina de la Casa Rosalina en el municipio de Guasave, una obra largamente esperada que busca acercar a los jóvenes de esa región a la igualdad de oportunidades educativas. Cabe recordar que no es la primera vez que Rocha Moya y Madueña Molina coinciden en un evento, a pesar de los conflictos legales y políticos que marcaron un distanciamiento -aunque no una ruptura total- entre ambos colegas universitarios (ambos ex rectores de la UAS). No pasó desapercibido que Madueña Molina correspondió a la invitación del gobernador para asistir al Congreso del Estado con motivo de su tercer informe de labores el pasado 29 de noviembre, mientras que Rocha Moya devolvió el gesto al asistir, el 20 de diciembre, a la inauguración del Gimnasio de Halterofilia “Jorge Huie Molinet”, invitado por el rector. Más allá de las cortesías mutuas, este nuevo encuentro podría interpretarse como un intento de normalizar la relación entre la Universidad y el Gobierno, o al menos de enviar un mensaje político: los tiempos han cambiado en la UAS y la relación con el Gobierno parece estar entrando en una nueva etapa. ¿Es acaso el preludio de una reconciliación entre ambos personajes? Salvo su mejor opinión, estimado lector…
No hay agua en Mocorito, pero proyectan un lago. En Mocorito, ese pintoresco “pueblo mágico” que se deshidrata más que un cactus en el desierto, nos salen con la puntada de proyectar un desarrollo turístico con un lago recreativo. ¡Sí, un lago! Para pescar y tomarse selfies mientras la gente de la cabecera sigue rogando por unas gotas de agua potable. En un predio rústico -que de rústico solo tiene el nombre-, los vivales promueven terrenos campestres, residenciales y comerciales desde 400 mil pesos. ¡Un negociazo! Según las redes sociales, con pagos chiquitos para que todos caigan redonditos. Y como cereza en el pastel, resulta que el dueño de este “milagro turístico” es, nada más y nada menos, que un ex PRIísta reciclado en la nómina del gobierno de Sinaloa. ¡Claro! Porque la 4T no roba, no traiciona y no miente… pero sí hereda el cinismo político con denominación de origen. Así es como el agua desaparece de las llaves de Mocorito, pero mágicamente brota en los planos de los desarrolladores inmobiliarios. Ya lo dijo el oficialismo: “Primero los pobres”, pero primero ¡los terrenos!…
Sin Redundar y diciendo las cosas tal y como son. Suyos los comentarios estimados lectores…
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