RRC/Washington: Elon Musk ha dejado su cargo como empleado especial del gobierno en la administración de Donald Trump, según lo confirmó él mismo en una publicación en X, al cumplirse el límite legal de 130 días de servicio para su rol en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Aunque Musk ya no está físicamente presente en las oficinas de DOGE en la Casa Blanca y ha reducido su participación directa, tanto él como Trump han indicado que seguirá siendo un asesor cercano y amigo del presidente, manteniendo influencia en la administración. El DOGE continuará operando bajo el liderazgo de figuras designadas por Musk, como Amy Gleason, y se espera que su trabajo de reducción de gastos y reestructuración del gobierno federal persista hasta al menos 2026, según un decreto ejecutivo de Trump.
La salida de Musk coincide con un contexto de controversias, incluyendo críticas por conflictos de interés debido a los contratos de sus empresas (como SpaceX) con el gobierno, y una caída del 33% en el valor de las acciones de Tesla, atribuida en parte a su rol polarizante en la administración. A pesar de las especulaciones sobre tensiones, no hay evidencia de una ruptura con Trump, y el presidente ha elogiado repetidamente a Musk, calificándolo de «patriota» y destacando su trabajo en DOGE. Sin embargo, la opinión pública sobre Musk es dividida, con un 51% de desaprobación según una encuesta de NBC de marzo de 2025, y su salida ha sido bien recibida por algunos republicanos y demócratas que lo veían como una figura disruptiva.
