Impacto ambiental del Tren Maya.

RRC/Riviera Maya: La construcción del Tren Maya ha generado un impacto ambiental significativo en el sureste de México, según diversas fuentes. A continuación, les detallo los principales efectos reportados:

  1. Deforestación: Se estima que el proyecto ha causado la tala de entre 6,659 y más de 11,000 hectáreas de selva, principalmente en los estados de Quintana Roo, Yucatán, y Campeche. Organizaciones como CartoCrítica señalan que el 87% de esta deforestación ocurrió sin autorizaciones de cambio de uso de suelo forestal, violando la legislación ambiental. En el Tramo 5 (Playa del Carmen-Tulum), se han deforestado más de 6.5 millones de metros cuadrados.
  2. Afectación a cenotes y sistemas kársticos: La construcción, especialmente en el Tramo 5, ha dañado cuevas y cenotes, con reportes de al menos 30 cenotes contaminados por pilotes y residuos como aceite y diésel. Esto pone en riesgo el Gran Acuífero Maya, la mayor reserva de agua dulce en la región, que abastece a más de 1.8 millones de personas. Organizaciones como Sélvame del Tren y SOS Cenotes advierten sobre la contaminación y el riesgo de colapsos en el suelo kárstico debido a los pilotes de hasta 25 metros.
  3. Impacto en la fauna y corredores biológicos: El Tren Maya fragmenta hábitats, como en la Reserva de la Biosfera de Calakmul, afectando especies en peligro como jaguares, tapires y pecaríes. La construcción ha interrumpido corredores biológicos, generado ruido que afecta a especies como murciélagos, y causado riesgos de atropellamiento. Aunque se han implementado pasos de fauna, críticos argumentan que son insuficientes.
  4. Contaminación y otros riesgos: La obra genera contaminación por combustibles y residuos de construcción, afectando suelos y cuerpos de agua, incluidos manglares y arrecifes. Además, se han reportado riesgos de incendios durante la construcción y operación, así como un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero debido a la deforestación y el uso de diésel.
  5. Falta de estudios ambientales adecuados: Organizaciones como Greenpeace, CEMDA y la OCDE han denunciado la ausencia de Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) completas y la fragmentación de estudios, lo que impide evaluar impactos acumulativos. En el Tramo 5 Sur, un tribunal ordenó suspender obras hasta que se presenten estudios adecuados, pero se han reportado violaciones a estas órdenes.
  6. Impactos sociales y culturales: El proyecto ha sido criticado por no realizar consultas indígenas adecuadas, afectando los derechos de comunidades mayas y generando desplazamientos. El Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza calificó el Tren Maya como un «ecocidio y etnocidio» por su impacto en la biodiversidad y la cultura indígena.

Medidas de mitigación oficiales: El gobierno y Fonatur han afirmado que el Tren Maya es «responsable con el medio ambiente», destacando el programa Sembrando Vida (500 millones de árboles), la creación de la región Gran Calakmul (1.5 millones de hectáreas de conservación), y la construcción de pasos de fauna. Sin embargo, estas medidas han sido cuestionadas por ambientalistas como insuficientes o poco transparentes.

Perspectiva positiva: Según ONU-Habitat, el Tren Maya podría reducir la pobreza en un 15% para 2030 y duplicar el crecimiento económico local, con beneficios como mayor densidad poblacional que libera suelo de actividades humanas. Sin embargo, estos beneficios económicos no compensan, según críticos, los daños ambientales irreversibles.

Conclusión: El Tren Maya ha generado beneficios económicos proyectados, pero su impacto ambiental es significativo, con deforestación masiva, contaminación de acuíferos, y afectaciones a la biodiversidad y comunidades indígenas. La falta de transparencia y estudios ambientales adecuados ha intensificado las críticas y demandas legales para mitigar o suspender partes del proyecto.

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