La violencia de género en México es un problema estructural y generalizado que afecta a millones de mujeres y niñas, con raíces en desigualdades sociales, culturales y económicas. A continuación, les presento un panorama basado en información reciente y datos disponibles:
Magnitud del problema
- Prevalencia: Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 del INEGI, el 70.1% de las mujeres mayores de 15 años han experimentado al menos un incidente de violencia (psicológica, física, sexual, económica o patrimonial) a lo largo de su vida.
- Violencia de pareja: El 39.9% de las mujeres que han sufrido violencia reportan que proviene de su pareja actual o anterior, siendo la violencia familiar el tipo más común.
- Feminicidios: En 2023, se registraron 823 feminicidios oficialmente, aunque organizaciones feministas estiman que la cifra real podría superar los 1,500 anuales, dado que muchos casos no se clasifican correctamente por falta de perspectiva de género en las investigaciones. En 2024, hasta noviembre, se reportaron 5,484 presuntas víctimas de feminicidio.
- Otros delitos: Entre enero y abril de 2024, se registraron 91,793 casos de violencia familiar, 6,955 agresiones sexuales, y 2,115 casos de violencia de género en general. El Estado de México y la Ciudad de México lideran en incidencia.
Tendencias recientes
- Aumento sostenido: Desde 2015, las tasas de violencia familiar y violencia sexual se han duplicado, mientras que los feminicidios crecieron un 127% hasta 2022.
- Impacto en menores: Las niñas y adolescentes enfrentan un riesgo creciente. En 2022, las denuncias por violación en el grupo de 10 a 14 años alcanzaron un máximo de 7,142 casos, con una incidencia significativamente mayor en niñas que en niños.
- Transfeminicidios: En 2024, se documentaron al menos 50 transfeminicidios, con un aumento respecto a los 43 casos de 2023, destacando la vulnerabilidad de mujeres trans, muchas de las cuales son trabajadoras sexuales o viven en situación de movilidad forzada.
Factores contribuyentes
- Patriarcado y machismo: La cultura patriarcal normaliza roles de género que justifican la violencia, perpetuando estereotipos y desigualdades.
- Impunidad: La tasa de impunidad supera el 95%, y solo el 13.1% de las víctimas de violencia de pareja denuncia, por miedo, desconfianza en las autoridades o estigma.
- Crimen organizado: La violencia generalizada, impulsada por el narcotráfico y el uso de armas de fuego, agrava los feminicidios y otras formas de violencia de género.
- Falta de recursos: La insuficiencia de refugios, presupuestos limitados para políticas públicas y la falta de capacitación con perspectiva de género en el sistema judicial dificultan la atención y prevención.
Respuestas y avances
- Legislación: La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007) establece derechos para las víctimas, como protección inmediata y acceso a refugios. Reformas recientes abordan el feminicidio infantil y la orfandad por feminicidio.
- Acciones locales: En la Ciudad de México, se reporta una disminución del 23.53% en muertes violentas de mujeres entre 2020 y 2024, con programas como “Senderos Camina Libre, Camina Segura” y la Línea SOS Mujeres (*765).
- Refugios: La Red Nacional de Refugios atendió a 8,000 familias en 2024, aunque la demanda supera la capacidad, con un aumento del 75% en usuarias.
- Activismo: En 2020, se registraron 359 manifestaciones contra la violencia de género, un aumento del 76% respecto a 2019, impulsadas por casos de alto perfil.
Retos persistentes
- Subregistro: La violencia sexual y física, especialmente en entornos comunitarios, es subreportada debido a la estigmatización y la falta de acceso a canales de denuncia.
- Desigualdad estructural: La brecha salarial, el trabajo infantil y la pobreza afectan desproporcionadamente a mujeres y niñas, perpetuando ciclos de violencia.
- Falta de coordinación: Aunque existen esfuerzos gubernamentales, la colaboración entre poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial es insuficiente para garantizar justicia.
- Vulnerabilidad específica: Grupos como mujeres indígenas, con discapacidad o trans enfrentan barreras adicionales, como la falta de intérpretes o ajustes en procedimientos.
Recomendaciones
- Fortalecer la denuncia: Implementar campañas que informen cómo y dónde denunciar, reduciendo la revictimización.
- Capacitación: Formar a funcionarios públicos y judiciales con perspectiva de género para mejorar la atención y sanción.
- Prevención: Promover educación en igualdad de género desde la infancia para desmantelar estereotipos patriarcales.
- Recursos: Aumentar el presupuesto para refugios, servicios de apoyo y políticas públicas focalizadas.
- Justicia efectiva: Reducir la impunidad mediante investigaciones con perspectiva de género y seguimiento de casos.
Contexto actual (2025)
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) reportó que, hasta noviembre de 2024, los delitos de violencia familiar alcanzaron 21,593 casos y los feminicidios 59 presuntas víctimas solo en ese mes. La atención a esta crisis sigue siendo una prioridad, pero requiere un enfoque integral que combine legislación, educación y acción comunitaria para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.
