José «Pepe» Mujica, expresidente de Uruguay, falleció el 13 de mayo de 2025 a los 89 años, según confirmó el presidente uruguayo Yamandú Orsi a través de redes sociales. Mujica, una figura icónica de la izquierda latinoamericana, luchó contra un cáncer de esófago diagnosticado en abril de 2024, que se extendió al hígado, y decidió no someterse a más tratamientos en enero de 2025. Su vida estuvo marcada por su pasado como guerrillero tupamaro, sus 14 años de prisión durante la dictadura militar, y su presidencia (2010-2015), donde destacó por su austeridad, legalización de la marihuana, el aborto y el matrimonio igualitario. Vivió en una chacra sencilla en las afueras de Montevideo, donando gran parte de su salario a causas sociales. Su muerte generó reacciones de líderes como Cristina Kirchner y Claudia Sheinbaum, quienes destacaron su legado de humildad y compromiso.

El legado político de José «Pepe» Mujica, expresidente de Uruguay (2010-2015), es amplio y profundamente influyente, tanto en Uruguay como en América Latina y el mundo, marcado por su coherencia, humildad y visión progresista. A continuación, se destacan los pilares clave de su legado:
- Austeridad y coherencia ética: Mujica se ganó el apodo de «el presidente más pobre del mundo» por vivir en una chacra modesta, donar cerca del 90% de su salario a organizaciones sociales y rechazar los lujos asociados al poder. Su estilo de vida reflejaba su discurso, priorizando la igualdad y la simplicidad, lo que lo convirtió en un símbolo global de integridad.
- Avances sociales progresistas: Durante su presidencia, Uruguay aprobó leyes pioneras bajo su liderazgo:
- Legalización de la marihuana (2013): Uruguay fue el primer país del mundo en regular la producción, venta y consumo de cannabis, buscando combatir el narcotráfico y priorizar la salud pública.
- Matrimonio igualitario (2013): Consolidó el reconocimiento de derechos para la comunidad LGBTIQ+.
- Despenalización del aborto (2012): Amplió los derechos reproductivos de las mujeres.
Estas reformas posicionaron a Uruguay como un referente en políticas sociales progresistas.
- Defensa de la igualdad y la justicia social: Influenciado por su pasado como guerrillero tupamaro, Mujica promovió políticas para reducir la pobreza y la desigualdad. Durante su mandato, Uruguay mantuvo un crecimiento económico estable, redujo el desempleo y fortaleció el acceso a la educación y la salud. Su discurso enfatizaba la solidaridad y la inclusión.
- Humanismo y crítica al consumismo: Sus reflexiones filosóficas sobre la felicidad, el tiempo y el consumismo resonaron globalmente. Frases como «pobre no es el que tiene poco, sino el que quiere mucho» o su llamado a vivir con lo necesario inspiraron debates sobre el modelo de desarrollo capitalista y la sostenibilidad.
- Reconciliación y democracia: Tras 14 años preso durante la dictadura militar uruguaya (1973-1985), Mujica abogó por la reconciliación nacional, evitando revanchismos. Su capacidad de perdonar y dialogar fortaleció la democracia uruguaya, consolidándola como una de las más estables de la región.
- Referente de la izquierda latinoamericana: Como miembro del Frente Amplio, Mujica representó una izquierda pragmática y democrática, alejada de populismos. Su amistad con líderes como Lula da Silva y su respeto por figuras como Evo Morales lo convirtieron en un puente entre distintas corrientes progresistas, aunque también mantuvo posturas críticas hacia el autoritarismo.
- Legado internacional: Mujica trascendió fronteras con discursos en foros como la ONU, donde defendió la paz, la cooperación global y la protección del medioambiente. Su imagen de líder cercano y reflexivo inspiró movimientos sociales y políticos en todo el mundo.
Tras dejar la presidencia, Mujica continuó activo como senador hasta 2020, mentor de nuevas generaciones y voz crítica dentro del Frente Amplio. Su muerte en 2025 dejó un vacío, pero su legado perdura en las políticas que impulsó, su ejemplo de vida y su mensaje de compromiso con la humanidad y el planeta. Líderes como Cristina Kirchner, Claudia Sheinbaum y Luiz Inácio Lula da Silva destacaron su impacto como un faro de dignidad y lucha por un mundo más justo.