La transformación de las Islas Marías, de una antigua prisión a un destino turístico, ha generado críticas y acusaciones de ser un «fraude» debido a resultados que no cumplieron con las expectativas del gobierno mexicano. A continuación, les detallo los puntos clave basándome en información disponible:
Promesas del Gobierno
- Proyecto de Ecoturismo: En 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el cierre de la Colonia Penal Federal Islas Marías y su conversión en el Centro de Educación Ambiental y Cultural Muros de Agua – José Revueltas, un destino turístico sostenible enfocado en la naturaleza, la cultura y la historia. Se prometió que las islas, declaradas Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2010, atraerían a turistas amantes de la biodiversidad y la historia, con actividades como senderismo, avistamiento de fauna y recorridos por sitios históricos.
- Inversión Significativa: Se invirtieron más de 1,900 millones de pesos (aproximadamente 95 millones de USD al tipo de cambio de 2023) en infraestructura, como ferries, modernización de celdas para hospedaje, museos y recorridos guiados. Se esperaba recibir hasta 20,800 turistas al año (200 por día durante 104 días operativos).
- Apertura Oficial: El Centro Turístico Islas Marías abrió en diciembre de 2022, con la presencia de López Obrador, promoviendo un turismo sostenible que respetara el ecosistema y beneficiara a comunidades locales.
Resultados y Críticas
- Baja Afluencia Turística: A pesar de las promesas, las islas no han alcanzado las metas de visitantes. En 2023, el año más exitoso hasta ahora, solo llegaron 5,346 turistas, muy por debajo de los 20,800 proyectados. Esto equivale a unos 17 visitantes por día en promedio, frente a los 200 esperados.
- Pérdidas Económicas: De los 282 millones de pesos invertidos en ciertos rubros (según algunas fuentes), solo se han recuperado 29 millones a través del turismo, lo que indica un retorno financiero pobre. Esto ha llevado a críticas sobre la viabilidad del proyecto y la gestión de recursos públicos.
- Percepción de Fracaso: Publicaciones en redes sociales, como las de usuarios en X, han calificado el proyecto como un «fracaso» y una «mentira» del gobierno, argumentando que las islas están «más vacías que cuando eran penal». Se critica que el gobierno no haya logrado posicionar el destino ni hacerlo competitivo frente a otros sitios turísticos mexicanos.
- Desafíos Logísticos: El acceso a las islas sigue siendo complicado. Los ferries desde Mazatlán (4.5 horas) o San Blas (2.5-3 horas) tienen horarios limitados (salidas los viernes, regreso los domingos), y el costo del viaje, que incluye transporte, hospedaje y alimentos, puede ser elevado para el turista promedio. Además, las estrictas regulaciones para proteger el ecosistema limitan la capacidad de visitantes y las actividades disponibles, lo que puede desincentivar el turismo masivo.
Contexto y Limitaciones
- Enfoque en Sostenibilidad: El gobierno ha enfatizado que no busca turismo masivo para preservar el frágil ecosistema de las islas, hogar de especies endémicas como el loro cabeza amarilla y el mapache de Tres Marías. Esto implica restricciones, como visitas guiadas de 3-4 horas, hospedaje limitado a dos noches en celdas modernizadas y un código de conducta estricto para los visitantes.
- Comparaciones Injustas: Algunos críticos esperaban que las Islas Marías compitieran con destinos consolidados como Cancún o Puerto Vallarta, pero el proyecto se diseñó como un nicho de ecoturismo y turismo cultural, no como un resort de playa convencional. La falta de hoteles y la infraestructura limitada reflejan esta visión, pero también han contribuido a la percepción de «fracaso».
- Historia y Expectativas: Las Islas Marías, conocidas como el «Alcatraz mexicano», tienen un pasado oscuro como prisión (1905-2019), lo que añade un atractivo histórico pero también una carga emocional. La transformación en un destino turístico era ambiciosa, pero la falta de una estrategia clara de promoción y la dificultad de acceso han frenado su éxito.
Perspectiva Crítica
Aunque el proyecto no ha cumplido las expectativas en términos de afluencia y retorno económico, calificarla como un «fraude» puede ser exagerado. Un fraude implica engaño intencional, pero no hay evidencia clara de malversación o promesas deliberadamente falsas; más bien, parece un caso de planificación deficiente y metas poco realistas. La baja afluencia puede atribuirse a:
- Falta de promoción efectiva a nivel nacional e internacional.
- Costos y logística que no son competitivos frente a otros destinos.
- Expectativas infladas sobre el potencial turístico de un lugar con restricciones ecológicas y un pasado penitenciario.
Por otro lado, el proyecto ha logrado avances en la conservación del ecosistema y la apertura de un sitio único, con infraestructura básica como el museo de sitio, el Templo de Guadalupe y senderos como el Mirador Cristo. La presencia de la Secretaría de Marina en la gestión garantiza cierto control, pero también puede limitar la flexibilidad para adaptarse a las demandas del turismo.
Conclusión
El proyecto de las Islas Marías como destino turístico no ha alcanzado los objetivos prometidos, con una afluencia muy inferior a la esperada y un retorno económico limitado, lo que ha generado críticas y percepciones de fracaso. Sin embargo, el término «fraude» no parece ajustarse del todo, ya que el proyecto existe y opera, aunque con resultados modestos. Para mejorar, se necesitarían estrategias de promoción más agresivas, ajustes en los costos y accesibilidad, y una comunicación clara sobre el tipo de turismo que se ofrece: un nicho de ecoturismo y cultura, no un paraíso de playa convencional.
