La guerra sucia entre cardenales a 5 días del Cónclave.

A cinco días del cónclave programado para el 7 de mayo de 2025, no hay evidencia sólida de una «guerra sucia» explícita entre los cardenales, pero sí se reportan tensiones, divisiones y maniobras políticas en la antesala de la elección del sucesor del papa Francisco, fallecido el 21 de abril. Las fuentes indican un ambiente de polarización entre facciones reformistas, alineadas con el legado de Francisco, y conservadoras, que buscan un cambio de rumbo. Algunos puntos clave:

  • Divisiones ideológicas: Existe una clara fractura entre el ala progresista, que defiende la continuidad de las reformas de Francisco (apertura social, énfasis en periferias, evangelización), y el sector conservador, que critica su supuesta debilidad doctrinal y busca una Iglesia más ortodoxa. Estas diferencias se reflejan en las congregaciones generales, donde los cardenales debaten el perfil del próximo pontífice.
  • Acusaciones de maniobras: Un post en X del periodista Vicens Lozano menciona la creación de «dossieres» para chantajear a cardenales reformistas, sugiriendo intentos de influir en el cónclave. Sin embargo, esta afirmación no está corroborada por fuentes oficiales y debe tomarse con escepticismo.
  • Controversia con Angelo Becciu: El cardenal italiano, condenado por malversación en 2023 y despojado de derechos cardenalicios por Francisco, generó un conflicto al insistir en participar en el cónclave. Aunque afirmó que Francisco le había dado permiso, el secretario de Estado, Pietro Parolin, presentó cartas del papa que lo excluían. Becciu finalmente renunció a participar «por el bien de la Iglesia», resolviendo esta disputa, pero el episodio evidenció fricciones internas.
  • Desinformación y alianzas: Medios como EL PAÍS reportan temores en el Vaticano sobre campañas de desinformación que podrían afectar el cónclave, el más numeroso e internacional de la historia (135 electores de 71 países). Las reuniones previas se usan para tejer alianzas y evaluar candidatos, pero la diversidad de los cardenales, muchos desconocidos entre sí, complica los consensos.
  • Expectativas de duración: Aunque algunos cardenales, como Reinhard Marx, predicen un cónclave breve (2-3 días) debido a un supuesto consenso emergente, otros, como Anders Arborelius, anticipan uno más largo por la falta de familiaridad entre los electores. Esto refleja un ambiente donde las negociaciones son intensas, pero no necesariamente una «guerra sucia».

En resumen, aunque hay divisiones marcadas y episodios de tensión, como el caso Becciu, las acusaciones de una «guerra sucia» parecen exageradas o basadas en rumores no verificados. El cónclave se perfila como un proceso complejo por la diversidad y polarización, pero los cardenales están enfocados en debates formales y alianzas estratégicas más que en conflictos abiertos. Para información actualizada, recomendaría seguir fuentes confiables como Vatican News o EL PAÍS, ya que los rumores en redes sociales pueden ser especulativos.

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