Según un reporte del The Wall Street Journal del 2 de mayo de 2025, el presidente Donald Trump presionó a la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum durante una conversación telefónica el 16 de abril para que permitiera una mayor participación de fuerzas militares estadounidenses en la lucha contra los cárteles de la droga en México. La discusión, que duró 45 minutos, se tornó tensa cuando Trump insistió en un rol líder para las fuerzas armadas de EE.UU., enfocándose en combatir a los cárteles que producen y trafican fentanilo hacia Estados Unidos. Sheinbaum respondió que su administración cooperaría en temas como intercambio de inteligencia, pero rechazó categóricamente la presencia militar directa de EE.UU. en territorio mexicano, argumentando que México no aceptará “invasiones ni interferencias” y que no es una “colonia” de ningún país extranjero.
Sheinbaum ha mantenido una postura de colaboración con EE.UU., permitiendo, por ejemplo, vuelos de vigilancia de la CIA con autorización mexicana y desplegando 10,000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera norte para frenar el tráfico de fentanilo. Sin embargo, ha enfatizado la soberanía nacional y ha propuesto reformas constitucionales para reforzar la protección contra intervenciones extranjeras. El gobierno de Trump ha considerado opciones como ataques con drones o el uso de fuerzas especiales para capturar o eliminar líderes de cárteles, aunque no se ha tomado una decisión final ni se ha descartado la acción unilateral sin el consentimiento de México.
La relación bilateral sigue siendo compleja, con Sheinbaum navegando entre la presión interna para proteger la soberanía y la externa para satisfacer las demandas de EE.UU., mientras enfrenta una crisis de seguridad por las luchas entre cárteles. Trump ha elogiado algunas acciones de Sheinbaum, pero ha insistido en que México debe hacer más, calificando a los cárteles como una amenaza a la seguridad nacional de EE.UU.
