En el 2025, la deuda del gobierno será de 60.7% del PIB: FMI.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se proyecta que la deuda pública de México alcance el 60.7% del PIB en 2025, el nivel más alto en los últimos seis años. Este aumento se atribuye a factores como el mayor costo de fondeo, una creciente percepción de riesgo y el gasto en proyectos prioritarios sin retorno inmediato. El FMI estima que la deuda llegará a un pico de 61.1% del PIB en 2026 y se mantendrá hasta al menos 2030. A pesar de un discurso oficial optimista, el deterioro fiscal y la falta de una reforma fiscal podrían limitar el espacio para políticas públicas, con recortes proyectados en el gasto programable (-7.3%) y la inversión en infraestructura (-12.7%) para 2025.

El pronóstico del FMI sobre la deuda del gobierno de México alcanzando el 60.7% del PIB en 2025 refleja una combinación de factores internos y externos que contribuyen al deterioro fiscal. A continuación, les presento un análisis de los principales factores mencionados y su impacto:

  1. Mayor costo de fondeo:
  • Descripción: El aumento en las tasas de interés globales y domésticas encarece el financiamiento de la deuda pública. México, como economía emergente, enfrenta mayores rendimientos exigidos por los inversionistas para compensar el riesgo percibido.
  • Impacto: Incrementa el costo del servicio de la deuda, que consume una porción creciente del presupuesto federal, reduciendo el espacio fiscal para otras prioridades. En 2025, el pago de intereses podría presionar aún más las finanzas públicas, especialmente si las tasas globales no disminuyen.
  1. Creciente percepción de riesgo:
  • Descripción: Factores como la incertidumbre política interna (e.g., reformas recientes o tensiones con socios comerciales) y la volatilidad económica global elevan la percepción de riesgo de México entre los inversionistas.
  • Impacto: Esto se traduce en primas de riesgo más altas, lo que encarece la emisión de deuda y afecta la confianza en la estabilidad macroeconómica. La percepción de riesgo también puede depreciar el peso, aumentando el costo de la deuda denominada en moneda extranjera.
  1. Gasto en proyectos prioritarios sin retorno inmediato:
  • Descripción: Inversiones significativas en proyectos insignia, como la refinería Dos Bocas o el Tren Maya, implican un alto gasto público con retornos económicos inciertos o de largo plazo.
  • Impacto: Estos proyectos absorben recursos que podrían destinarse a áreas con mayor impacto inmediato, como salud o educación, y contribuyen al déficit fiscal. La falta de rentabilidad a corto plazo limita la capacidad de generar ingresos para amortiguar el endeudamiento.
  1. Ausencia de una reforma fiscal:
  • Descripción: México no ha implementado una reforma fiscal integral para aumentar la recaudación tributaria, que sigue siendo baja (alrededor del 14% del PIB, comparado con el promedio de la OCDE de 24%).
  • Impacto: La baja recaudación limita los ingresos del gobierno, forzando un mayor endeudamiento para financiar el gasto público. Sin una reforma, el gobierno depende de ingresos volátiles, como los petroleros, que son vulnerables a fluctuaciones en los precios internacionales.
  1. Recortes en gasto programable e inversión en infraestructura:
  • Descripción: Para 2025, se proyectan recortes significativos en el gasto programable (-7.3%) y la inversión en infraestructura (-12.7%), como parte de esfuerzos para contener el déficit.
  • Impacto: Estos recortes pueden frenar el crecimiento económico al reducir la inversión en sectores clave como transporte, energía y educación, lo que a su vez limita la capacidad de generar ingresos futuros y pagar la deuda. Además, afectan la calidad de los servicios públicos y la competitividad del país.
  1. Contexto macroeconómico global:
  • Descripción: La economía global en 2025 enfrenta riesgos como la desaceleración en economías avanzadas, tensiones geopolíticas y políticas monetarias restrictivas, que afectan a México a través de menores exportaciones y flujos de inversión.
  • Impacto: Un entorno global menos favorable reduce el crecimiento del PIB mexicano (proyectado por el FMI en torno al 1.5%-2% anual), lo que eleva la relación deuda/PIB al disminuir el denominador de esta métrica.

Implicaciones y perspectivas

La combinación de estos factores genera una trayectoria de deuda insostenible a mediano plazo si no se toman medidas correctivas. El pico proyectado de 61.1% del PIB en 2026 indica una ventana crítica para implementar políticas que equilibren el gasto y fortalezcan los ingresos. La falta de una reforma fiscal y la priorización de proyectos de bajo retorno económico son los factores más controlables por el gobierno, pero requieren voluntad política para ajustarse. Por otro lado, los factores externos, como el costo de fondeo y la percepción de riesgo, dependen parcialmente de la confianza que el gobierno pueda generar en los mercados mediante una gestión fiscal prudente.

En resumen, el aumento de la deuda pública al 60.7% del PIB en 2025 refleja un desafío estructural que combina presiones internas (políticas de gasto) y externas (condiciones globales). Mitigar este riesgo requerirá una estrategia integral que combine disciplina fiscal, mayor recaudación y una reorientación del gasto hacia inversiones productivas.

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