Sin Redundar.

Columna Periodística -Por Carlos Avendaño.-

Áreas verdes para todos, menos para los vecinos. Todo parece indicar que, en la ciudad de Culiacán, tenemos un nuevo urbanista de cabecera: Juan de Dios Gámez Mendívil, el flamante presidente municipal. Este personaje, ha decidido que la mejor manera de planear la ciudad, es pisoteando la ley, ignorando a la ciudadanía y con una pala en la mano. ¿Para qué perder el tiempo con normativas, estudios, diagnósticos, o, ya de plano, sentido común, si se puede construir a lo loco? El caso del sector La Conquista, es un claro ejemplo de cómo gobernar con la brújula rota y el cinismo bien afilado. Allí, donde los vecinos compraron vivienda con la promesa de que tendrían un parque, una escuela o incluso una iglesia, ahora pretenden clavarles un bonito proyecto habitacional del INFONAVIT. Porque claro, ¿Quién necesita áreas verdes cuando puedes tener cemento hasta en los pulmones? Pero que no se malinterprete: nadie está en contra de que se construyan casas. Lo que sí es verdaderamente indignante, es la forma en la que quieren hacerlo: sin planeación, sin orden, sin ética, sin vergüenza. Sin lugar a dudas que quieren tener a las personas apretadas como sardinas, improvisando el crecimiento urbano como si esto fuera un juego y reduciendo los espacios públicos a “lujos prescindibles” pareciera ser la nueva política del Ayuntamiento de Culiacán. Los colegios de profesionistas, las universidades, la sociedad civil y la ciudadanía organizada, llevan años empujando una visión de ciudad digna, habitable y con futuro. Pero llega el gobierno municipal con su pala, su alianza con los desarrolladores y su urgencia por cumplir con no sabemos qué compromiso oscuro, y decide que todo esto puede ir directo al bote de la basura. ¿Reservas territoriales del municipio? Bien, gracias. O no existen, o no quieren usarlas. Pero eso sí: están muy dispuestos a apropiarse de un terreno que no ha sido legalmente modificado, que fue vendido con otros fines, y cuya transformación vulnera los derechos de cientos de familias. ¿Se han olvidado que los espacios públicos son un derecho, no un pago de favores? ¿Que deben ser verdes, accesibles, seguros, funcionales y promotores del desarrollo humano? Para el gobierno de Gámez Mendívil, eso suena a poesía barata. Lo que importa es construir, aunque sea mal, rápido y en el lugar equivocado. Que el parque lo sueñen, que la escuela la pidan en ofrenda, que la convivencia ocurra en la banqueta. Y mientras tanto, los habitantes de Stanza Castilla y de Villa del Cedro, siguen levantando la voz, recordando al alcalde que la ciudad no es su estancia, ni los fraccionamientos su armazón de negocios. Que no todo vale. Y que la dignidad también se defiende con los pies firmes sobre la tierra, aunque esta tierra, al paso que vamos, pronto la llenen de concreto. Porque lo que parece una violación a la ley, bien podría estar disfrazado de oportunidad millonaria para unos cuantos. Y si no es así, que lo expliquen. Pero con papeles, no con los cascos de la obra y las sonrisas de campaña. Al tiempo y contando…

¡Ah, que mi “Polocho”! Un clásico del político sin principios, que ve en cada partido un trampolín, y en cada cambio de color, una oportunidad para perpetuar su propia ambición. El flamante regidor, Óscar Sinforoso Camacho Rodríguez, alias “el eterno migrante de la política”, ha decidido dar el paso definitivo: dejar el PRI que lo hizo ganar y que lo mantiene en su cómodo asiento de regidor, para lanzarse hacia las filas del Partido Verde Ecologista Mexicano, como si el reciclaje fuera una política de vida y no un lema electoral vacío. Estos 30 años de militancia, de los que tanto habla Oscar Sinforoso con tanto orgullo, no son más que 30 años de saltos, de cambios de camiseta y de lecciones de cómo navegar en la política sin escrúpulos. Lo que este personaje político tampoco dice en su mensaje en las redes sociales, es que estos: “sueños, luchas y entregas”, no fueron a favor de un pueblo, sino a favor de su propio bolsillo. La única lección que ha aprendido el afamado “Polocho”, es que cambiarse de partido es la forma más rápida de mantenerse en el poder, aunque no sea más que otro “chapulín” político que enseña el cobre. Pero la cereza del pastel cuando da su mensaje es cuando declara que ahora “empieza mejor, con más historia y más fuerza”… pues claro, porque nada grita más “fortaleza política” que cambiarse de partido como quien se cambia de camiseta, dependiendo de qué o quién le ofrezca más poder. No cabe duda de que esto de que la “firme decisión de seguir sirviendo” es lo de siempre, un eco vacío para justificar lo que se es en realidad, un oportunismo sin límites. Aquí cabe mencionar que la reacción de los internautas no se hizo esperar, y como siempre, la gente no es tonta –al menos eso piensan muchos políticos-. Los calificativos en las redes sociales no se quedaron atrás, se los comparto: “Oportunista”, “chapulín”, “malagradecido”, y lo mejor, “si estos ex priistas son los salvadores, pobre México”. Y es que lamentablemente así estamos con los mismos de siempre, saltando de un partido a otro –léase bien: “chapulines políticos”– usando la política como trampolín personal, sin importarles en lo más mínimo el bienestar de la gente que les dio el voto –al cabo que ya ganaron estos sinvergüenzas-. Así que la mera verdad, Oscar Sinforoso, si realmente buscas servir, empieza por no traicionar la confianza de quienes creyeron en ti. Pero claro que desde luego que esto sería mucho pedirle a un político como tú, cuya principal virtud es la flexibilidad de principios. En resumidas cuentas, este “nuevo ciclo” que inicia el flamante regidor mocoritense, Oscar Sinforoso Camacho Rodríguez, no es más que el mismo ciclo de siempre: cambiarse de partido, cambiarse de camiseta, cambiar de discurso, pero siempre, siempre, con el mismo interés: mantenerse en el poder…

Mensaje para la Comunidad Universitaria de la UAS. Este día es trascendental para nuestra Universidad Autónoma de Sinaloa. Hoy, comunidad universitaria, tenemos la oportunidad de ejercer un derecho importante en nuestra vida académica: el derecho a elegir. Los invito a participar responsablemente, respetando a conciencia este proceso electoral. La democracia universitaria se fortalece con la participación activa y reflexiva de todos. Que nuestra decisión esté guiada por el compromiso con los principios de: autonomía, pluralidad, transparencia, y el firme propósito de construir una universidad más justa, incluyente y orientada al bienestar colectivo. ¡Participa! Hoy tu voz y tu voto cuentan…

Sin Redundar y diciendo las cosas tal y como son. Suyos los comentarios estimados lectores…

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