El desempleo en México es un tema que se mide principalmente a través de la tasa de desocupación, calculada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Esta tasa representa el porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) que no tiene empleo, pero está buscando activamente uno.
A finales de 2024, según datos del INEGI, la tasa de desocupación en México se situó en niveles históricamente bajos. Por ejemplo, en diciembre de 2024, la tasa fue del 2.4% de la PEA, lo que equivale a aproximadamente 1.5 millones de personas desocupadas. Este nivel es uno de los más bajos registrados desde que se tienen datos comparables, reflejando una economía cercana al pleno empleo. Sin embargo, esto no necesariamente indica una mejora absoluta en las condiciones laborales, ya que la informalidad sigue siendo un desafío significativo: más del 54% de los ocupados trabajan en el sector informal, sin acceso a seguridad social ni prestaciones.
En lo que va de 2025, los datos más recientes (hasta marzo, según proyecciones y reportes preliminares) sugieren que la tasa de desempleo se mantiene por debajo del 3%, oscilando entre 2.3% y 2.7%, dependiendo del mes y las condiciones económicas. Sin embargo, hay señales mixtas: mientras algunos sectores, como los servicios y el comercio, han mostrado dinamismo, otros, como la construcción y las manufacturas, enfrentan desaceleración, lo que podría presionar al alza el desempleo en los próximos meses. Además, analistas como los de Banco de México y el sector privado estiman que la tasa podría aumentar a un promedio de 3.2% durante 2025, debido a un crecimiento económico proyectado más bajo (alrededor del 0.6%) y factores externos como incertidumbre en el comercio con Estados Unidos.
A nivel regional, el desempleo varía. Estados como Coahuila (4.2%), Ciudad de México (4%) y el Estado de México (3.6%) reportaron las tasas más altas en el primer trimestre de 2024, mientras que en el sureste, aunque las tasas oficiales son bajas, la informalidad y la falta de oportunidades formales agravan la situación real del mercado laboral.
En resumen, aunque las cifras oficiales muestran un desempleo bajo en México en 2025, persisten retos estructurales como la informalidad, la subocupación (personas que trabajan menos horas de las deseadas) y la calidad de los empleos, lo que sugiere que el panorama es más complejo de lo que las tasas oficiales reflejan.
