La misión Hayabusa2, lanzada en el 2014, trajo a la Tierra una muestra de un pequeño asteroide llamado ‘Ryugu’ en 2020.
Al momento de ser analizada, el equipo detectó varillas y filamentos, cuyo tamaño y morfología son compatibles con microorganismos. No obstante, se encontraron varias pruebas de que la muestra se contaminó con bacterias de origen terrestre durante la preparación.
Si las muestras realmente hubieran evolucionado más allá de la Tierra, estarían genéticamente separadas de nosotros por millones o miles de millones de años y su ciclo no coincidiría con el de los microbios comunes en nuestro planeta, explican los científicos.